Una etapa clave en
cualquier análisis

En todo proceso analítico, la preparación de muestras constituye la base para obtener datos confiables y reproducibles. Consiste en transformar el material bruto en un estado adecuado para el análisis, reduciendo tamaños de partícula, asegurando la homogeneidad del conjunto y evitando contaminacion.
Dependiendo del tipo de material y de la técnica posterior, este proceso puede incluir trituración, molienda, homogenización, secado, fusión, prensado o digestión química. En sectores como la minería y metalurgia, la preparación precisa permite representar de manera fiel la composición de minerales, menas y aleaciones; en la industria cementera, cerámica y del vidrio, garantiza la uniformidad de materias primas y productos; en la energía y petroquímica, asegura la correcta caracterización de catalizadores, carbones y combustibles; mientras que en la farmacéutica, alimentaria y medioambiental, es clave para cumplir con estándares regulatorios y de seguridad. Una preparación adecuada evita sesgos, mejora la exactitud de técnicas como XRF, XRD u OES, y optimiza la eficiencia de los laboratorios. Por ello, contar con sistemas de preparación robustos, seguros y versátiles es tan importante como la técnica analítica misma.